
¿No te has dado cuenta de mi agonía silenciosa?
La angustia aumenta por mi propia estúpida fragilidad. No soy capaz de abandonar pero tampoco de aceptar.
Corta mis alas y no dejes que me funda en aquel cielo de falsa benevolencia. Tal vez nunca regrese, por eso, por favor frena esta cobardía.
Nuevamente perdóname,
mi persona amada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario