Corazón perforado, lleno de determinación en la soledad y un
cobarde en la realidad. Confusión, ¿amor propio o espada hiriente?, la sangre
brota de todas formas. El frío penetra, abraza y hiere. El alma se desmorona,
intenta tomar forma, pero la duda la disgrega. El dolor propio asfixia, duda de
su autenticidad.
El sentir traicionado por su dueño se hastía. Migra, dejando
desahuciado al mortal. Pedazo de carne, con corazón pesado, se hunde. Se
pierde.
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