¡Gracias por todo! Te lo digo de todo corazón, contigo
aprendí que la monotonía es peligrosa, que dar pasos agigantados no significa
acercarse realmente a las personas, que las discusiones no son obligatorias y
que aquellos que en algún momento lucen como una pareja cariñosa, pueden
realmente ser unos completos extraños.
Hace tiempo que no se de ti. Tu voz se me es difícil recordar y suena como el de muchas otras, tu
rostro al dibujarlo en mi mente se que cada día se ve mas desigual al real.
Debo admitir que odio a mi yo de antes que se mostraba ante tu presencia, pues
no era más que un bufón que hacía lo
posible para hacerte reír y así ver tu rostro sonreír, aun cuando eso
significaba dar un paso atrás.
Ir de la mano de
alguien era algo nuevo para mi, al igual que sentir el calor de otro cuerpo al
ser abrazado. Pero así mismo que todo llegó súbitamente, desapareció sin aviso alguno. Y no te
preocupes, no mencionaré de nuevo aquel diciembre en el que engullí mis
palabras y sentir para esbozar una sonrisa, pues repetir es cosa de idiotas.
Mi error, mi inseguridad. EL tuyo, tú indiferencia la cual
yo copié con astucia como si un espejo fuese.
No te mentiré, te extraño. Pero se con seguridad que solo es
por estos caprichosos sentimientos de nostalgia que me recuerdan que parte de
mi pasado eres, pues tu cariño ya no lo necesito.
¡Gracias y adiós! Ya no escribiré mas de ti, mucho
protagonismo te has llevado en tu ausencia. Tú existencia en mis palabras llegó
a su fin.
De: Alguien que alguna vez estuvo en tu vida.
Para: Mi antiguo crisantemo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario