—Cosas pequeñas que
pueden pasar como insignificantes para muchos terminan siendo la prueba y el
nido de que los humanos somos seres fáciles de corromper.
—Debes de estar hablando
por ti, no todos somos así— dijiste con aire solemne y orgulloso.
—¿Seguro? Si hacemos
trampa en un simple examen en cuanto se da la oportunidad ¿qué te asegura que
no serás corrompido en otras situaciones?
Tus mejillas se
encendieron ante tales palabras que representaba una de tus realidades.
—Pero… ¡eso no tiene nada
que ver! Esos solo son unos simples examen, no afecta a nadie a comparación de
lo que hace la gente de “arriba”.
—Por eso mismo, si en
algo tan pequeño haces trampa aun cuando la recompensa es mínima, ¿Qué me dices
si lo que te ofrecen es mucho más grande? Lo mas seguro es que aceptes sin
chistar. Y ahora en dado caso que un atisbo de luz llegue a tu mente y no
permites que esa oportunidad toque tu entrepierna, pero termian involucrando la
integridad de tu familia, amigos o de cualquier otro ser querido (aunque con que
amenacen la propia es suficiente) ¿qué harías?
El silencio se hizo
presente.
— Las personas suelen
intentar vestirse con pureza que no les corresponde y que termina siendo hipócrita a tal punto que ese blanco impecable que tanto presumen termina
dando asco —sentencié.
... Es posible engañar y mentir a quienes nos conocen, nos tratan, conviven con nosotoros... sin embargo no es posible engañarse a uno mismo (por más que se intente)...
ResponderEliminarCreo que la corrupución comienza con intentar auto-engañarse, con la acción de auto-justificar los medios utilizados para lograr el fin buscado sin importar nada más...
Cuando el humano sea capaz de evitar cualquier acto deshonesto (por mínimo que este sea) en ese momento, se habrá alcanzado el cúlmen y no serán necesarios los gobiernos, la policía, las leyes, las fronteras, las religiones, ni cualquier otra forma de control...
¿se verá esto algún día?...
Exacto.
EliminarY sobre tu pregunta, no lo creo. Creo que tendríamos que destruir toda la naturaleza humana que tenemos, pues la corrupción es parte del ser humano.