Desaparecer, ese es mi miedo. No ante la realidad, sino,
ante la complacencia. Desdibujarme y ser compuesta por fragmentos incoloros.
Frágiles.
¿Pero cuál es realmente la diferencia entre la empatía y la
tiranía propia? ¿Cómo discernir entre los diferentes matices en un mundo en
metamorfosis?
Tal vez la respuesta se encuentre en el error. En la
reflexión arropada en el silencio y las letras. O tal vez… no exista respuesta.